Tenerife es uno de los lugares con mayor biodiversidad y variedad climática de todo el mundo. En efecto, sus condiciones únicas, por ser una isla en mitad del Océano Atlántico, la gran altura de un volcán como el Teide, con sus 3.718 metros de altitud, sus escarpados acantilados, las preciosas playas y una historia de mezcla de pueblos y gentes, han conferido a esta Isla Canaria de un carácter variopinto que se refleja en sus gentes y, cómo no, en la idiosincrasia de sus localidades. Por eso, hoy vamos a descubrir algunos de los municipios más bonitos y pintorescos de toda la isla. Como se dice popularmente, no están todos los que son, pero sí son todos los que están. Recuerda que puedes alquilar un coche en Tenerife con Atlas Rent a Car y luego visitar la preciosa isla de Tenerife.
Garachico
Sin duda, es una de las localidades con mayor encanto de toda la isla y una de las que mejor han sabido combinar el desarrollo moderno con la conservación de su magnífico patrimonio histórico-artístico. Garachico, antigua capital de Tenerife, tuvo que reinventarse. Todo ocurrió tras la erupción de un volcán cuya colada de lava destruyó por completo el pueblo durante el siglo XVIII. En la actualidad, la ciudad rebosa de paz y tranquilidad en sus calles que siguen un trazado reticular, su Plaza Mayor o los preciosos edificios con balcones típicos de la isla, que fueron la inspiración para el desarrollo de las ciudades de la América española. La visita a Garachico no estará completa sin un refrescante baño en sus magníficas piscinas naturales, El Caletón, fruto de la erosión del mar y el viento sobre la roca volcánica durante siglos.
Icod de Los Vinos
Icod de Los Vinos está ubicada, al igual que la cercana Garachico, en la parte norte de la isla de Tenerife. Como su propio nombre apunta, esta localidad es muy conocida por la elaboración de vinos, famosos por su gran calidad. En un entorno privilegiado, rodeado de viñedos, se puede aprender más sobre la vendimia y, por supuesto, realizar catas de sus mejores caldos. Tal vez Icod de los Vinos no llame la atención por la belleza de sus edificios. En cambio, destaca por su impresionante naturaleza. Y cuenta con algo que es único en todo el planeta. Hablamos del Drago Milenario, el árbol símbolo de las Islas Canarias. El tamaño del Drago también es impresionante, con sus más de 18 metros de altura, un diámetro en la copa de unos 20 metros y unas trescientas ramas principales en un árbol que tiene una edad de entre 700 y 1.000 años. Cerca de allí se localiza la Cueva del Viento, que es el quinto mayor tubo volcánico de todo el planeta, y el primero que se encuentra fuera del archipiélago estadounidense de Hawai.
Tegueste
El municipio de Tegueste, se emplaza junto a la cordillera de Anaga, en la parte noreste de la isla. Se trata de un pueblo muy pequeño, pero que alberga algunos buenos ejemplos bien conservados de la arquitectura tradicional canaria. Además, es la sede cada año de una de las más famosas romerías de toda Canarias, la de San Marcos, o Romería de Tegueste. Allí se puede presenciar la Danza de las Flores, una tradición con más de 500 años de historia y que ha permanecido hasta nuestros días. Es una gran oportunidad para conocer la localidad y disfrutar de sus tradiciones y su célebre gastronomía.
El Puerto de la Cruz
Este municipio es el de menor extensión de toda la isla de Tenerife, pero, en cambio, es una de las localidades con mayor atractivo turístico de toda Canarias. De hecho, hablamos del lugar donde surgió el turismo moderno, uno de los primeros centros de vacaciones de España y de toda Europa. No obstante, cuenta con algunas de las mejores playas urbanas de Tenerife, como Playa Jardín o la Playa Martiánez. Junto a ella se encuentra el Lago Martiánez, obra del genial artista canario César Manrique. También encontramos en El Puerto de la Cruz el Loro Parque, uno de los parques dedicados a la conservación de la flora y la fauna más reconocidos de todo el mundo. Además, el centro de la localidad es un entramado de calles y plazas que conservan el aire más tradicional canario. La vanguardia la encontramos en el barrio pesquero de La Ranilla, donde decenas de jóvenes artistas urbanos han llenado sus fachadas de graffitis en una gran acción cultural.